Todo comienza una semana antes, cuando “Frasquito el del 1”,
con el desvelo y la preocupación propia de persona responsable y cabal,
cumplidor de sus compromisos y encomiendas, máxime ante semejante evento que se
aproxima, la Candelaria en su querido Poblado de San Julián, pone en marcha su viejo tractor y traílla con
un equipo de voluntarios preparado de antemano, su hijo Manolo, su hermano
José, su sobrino José Cardeña, Paco “Solano”……, en fin todo un elenco de
personas capaces y dispuestas a lo que haga falta, para apañar la leña con la que hacer la
hoguera en la esperada noche de la Candelaria. Y como en San Julián todo cuanto
nos rodea es Naturaleza amable y proveedora de recursos, pronto el empecinado
equipo de leñadores haciendo una encomiable labor de limpieza forestal, llena
con colmo la traílla de troncos arrastrados por el río en sus crecidas y
depositados en su ribera, ramas y troncos de árboles secos y caídos condenados
a la carcoma, biomasa que convenientemente troceada será transportada hasta la
misma puerta de su domicilio en la Ronda Norte donde quedará estacionado y
custodiado por toda la familia el convoy
con su valioso cargamento durante toda una semana en espera de que el fuego, en
la ansiada noche de las hogueras lo transforme en energía calorífica, anhídrido
carbónico, que procuraremos contrarrestar con la plantación de nuevos árboles,
y sales minerales en sus cenizas.
En el transcurso de la semana se cumplimenta el trámite
burocrático, hay que solicitar el pertinente permiso a la autoridad competente,
porque como buenos ciudadanos siempre vamos con la legalidad por delante, ¡no
faltaba más!, además el Ayuntamiento nos debe proporcionar la arena para
extender sobre el asfalto y evitar su deterioro, y en esto sí que somos
intransigentes, porque lo que tenemos en San Julián nos ha costado tanto
conseguirlo…. Pero bueno…. de todas estas cuestiones se encarga Miguel Ángel,
nuestro delegado para las relaciones con la Administración Local, persona
operativa y resuelta donde las haya, de recursos, como se suele decir ahora y
obviamente de una extraordinaria calidad humana.
Paralelamente no podemos olvidarnos del avituallamiento y es
que aunque todos somos conscientes de aportar lo que buenamente podemos y
efectivamente, así es, porque al final siempre sobra de todo, hay que tener
previsto un mínimo de existencias, sobretodo bebida que con antelación se haya
puesto a refrescar y como no, alguna que otra espirituosa para rematar el
evento con el típico “cubatilla” a gusto del consumidor. Pues bien, para todo
esto también contamos con la persona idónea, Paco “Solano”, nuestro encargado y
responsable de servicios de hostelería, que aunque dedicado en los últimos años
a las labores agrícolas en su parcela donde ha demostrado su gran
profesionalidad en el cultivo del algodón, ha estado vinculado al sector
durante largos años de su vida junto a su mujer, Paqui “la Villareja”, que en
la cocina es singular, como lo es en el trato con los demás, amable,
dicharachera, siempre alegre le basta escuchar algunos acordes de su “morenita
y pequeñita” para olvidarse de todas sus penas y ponerse a bailar con el
primero que pille a mano, en esta ocasión, me ha tocado a mí. Es por ello que
Javi Delgado, responsable del área de animación musical con su espectacular equipo
que no para de innovar, nunca se olvida de incluir esta pieza en su repertorio
musical.
Como quien no quiere la cosa estamos ya en la víspera del día
de autos, todo está preparado, así lo confirman todos los responsables de las
diferentes áreas durante la tertulia nocturna en la cuadrilla de Francisco “el
Chindo”, centro operativo y logístico, central de inteligencia, desde donde se
coordinan todos los movimientos y cada cual en agradable y divertida
conversación expone sus planteamientos y opiniones sobre los temas a debate,
entre trago y trago de cerveza y alguna que otra tapilla que Toñi se encarga de
preparar, se ultiman los preparativos para que nada quede suelto. Antonio “el
Pasota”, nuestro hombre para el fuego, capaz de sacar de él los mejores arroces
que se puedan degustar como ha demostrado ya en numerosas ocasiones, será el encargado
de culminar la obra, de rematar la faena, de dar forma, de buscar su sitio a
cada leño del montón creando una estructura piramidal con la consistencia
suficiente para aguantar hasta la media noche antes de desplomarse sobre sus
propias cenizas.
Ya solo cabe esperar
una noche más, Manolo, un loro que aguanta pacientemente hasta el final de
nuestras tertulias, cumplido y protocolario que a nadie le niega el saludo, hoy
ajeno a tanto desasosiego, nos recibe y despide como siempre, con extremada educación, hola y
adiós.
Por fin el Día……, por la mañana, como si de un regalo de los
Magos en la noche de Reyes se tratara, aparece la arena en el lugar previsto para
los hechos, la plaza Mayor, y a la hora acordada, las cinco de la tarde, ya
estamos allí Antonio “el pasota” y yo para extenderla, Antonio, preocupado ante
la sospecha de que alguien se ha llevado arena, ya ha alertado a Francisco “el
chindo” y cabreado ante la incompetencia de quien ha soltado la arena sobre el
acerado no para de relatar : -“tiene huevos el tío, ¿qué trabajo le hubiera
costado sortarla sobre el asfalto?, y ahora no teníamos que palear tanto”.
-No te irrites Antonio esto supone dos minutos más, contesto
yo temeroso de que tal indignación pudiera interferir en la necesaria
inspiración que necesita el artista para crear su obra, nadie se ha llevado
arena, Paco “solano” ha cogido un poco para hacer una candela
pequeña allí, en frente, a su hija que viene con toda la charpa de amigas.
Entre tanto irrumpe en la plaza el viejo tractor de Frasquito
con su traílla cargada del preciado material y todo el equipo allí convocado se
afana en la descarga y colocación de cada tronco en el lugar designado por el “maestro
fogonero”, poco a poco emerge el cono deseado, volcán que en breve, Antonio “el
pasota”, nuestro hombre para el fuego, con la temeridad que lo caracteriza,
hará entrar en erupción con sus pócimas y técnicas incendiarias.
La pancarta, una faldeta aceitunera con lamparones grasientos
por el uso en la recolección de aceituna, nos recuerda que un año más ha pasado
por nuestras vidas tan rápido como rápido ha sido cambiar el 3 por el 4, pero a
nadie importa eso ahora porque el “momento” ha llegado, la llama prende y
empieza a sonar la música. Javi Delgado encargado de amenizar las veladas nos
sorprende con nuevos dispositivos tecnológicos en su equipo de música, karaoke
con pantalla gigante, luces sicodélicas que complementan el resplandor del
fuego, en fin, toda una serie de atractivos que retaron a los más intrépidos ya
no sólo a bailar, sino a cantar también y en efecto así fue, rompió el hielo
Deogracias, como vende hielo, debe ser que no le teme, tampoco le tuvo miedo
Bartolomé el alcalde que terminó haciendo dúo con Miguel Ángel y es que a estas
alturas ya deben estar vacunados contra todo, pero lo que más me sorprendió es
que Paco “solano” con ese bigote que tanta seriedad le confiere terminara
arrancándose también, sea como fuere lo cierto es que en el baile nadie pudo
aún con Rafael “piloto” que volvió a sorprendernos a todos, incluso a los más
jóvenes que no salieron de su asombro ante tanta marcha, con su peculiar baile
del caballo.
El fuego terminó
consumiendo la leña y nosotros las bebidas y viandas, el trabajo realizado por
todos y todas se ha plasmado en un buen rato vivido, al final no podían faltar
las gachas de María Juliana, una auténtica delicia para el paladar y
curiosamente todo empezó cuando su marido, “Frasquito el del 1”, puso en marcha
su viejo tractor.
Toda una reflexión y referente para mantener viva la llama en
San Julián.
No hay comentarios:
Publicar un comentario