Se dice pronto, pero ya ha pasado un año……, y de nuevo la
Candelaria, la noche del fuego, del ritual mágico para liberarnos de todo lo
malo e inservible. Este año, precisamente, desprendidos ya de todo lo
indeseable nos disponemos a celebrarla sin sobresaltos ni prohibiciones,
paradojicamente, sin incendiarios de la convivencia democrática entre los
vecinos/as.
Aquí estaremos un año más el próximo sábado día 1 de febrero
los vecinos/as de San Julián, con nuestra candela y con toda nuestra
hospitalidad para todo aquel que decida acompañarnos.
Y después del fuego……, una nueva etapa por delante, para ello
nos preparamos, nos renovamos para afrontar nuevas metas, nuevos retos, nuevas
dificultades que sin duda, sabremos resolver. La carrera de obstáculos concluyó,
ahora comienza la de velocidad, queremos ir más deprisa, porque San Julián
perdió tantos trenes que debemos alcanzar……., que ya no aceptaremos nunca más
la callada por respuesta.
¿Es que acaso no son justas y democráticas nuestras
reivindicaciones?, cuestiones como un alumbrado público que alumbre, o una
carretera de servicio digna donde cualquier ciudadano pagador de sus impuestos,
que la transite, no destroce su vehículo, o la recuperación del patrimonio
público en manos privadas, para que redunde en beneficio de toda la comunidad y
la legalidad en su gestión. Somos conscientes de la precariedad económica del
momento, pero la vida en nuestros pueblos, ciudades y campos continúa y hay que
atenderla y cuanto menos exigimos respuestas por parte de las administraciones
competentes. Sr. subdelegado del Gobierno de España en Jaén, llevamos más de
tres meses esperando la suya, qué fácil es después achacar las protestas y
revueltas ciudadanas a grupúsculos incontrolados, anarquistas anti sistema, o a
interesadas manipulaciones de otro signo político.
En esta nueva noche de las hogueras seguiremos quemando todo
aquello que nos hace infelices, todo lo negativo que hunde al ser humano en sus
propias miserias, para quedarnos tan sólo con lo inherente a la HUMANIDAD de nuestra especie.
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